lunes, 30 de septiembre de 2013

Capitulo 18 [Segunda parte]

Suspiré y salí de la habitación, dirigiéndome a la de Mikel lo más aprisa posible, intentando no pensar y cambiar de decisión.

No estaba en su habitación, así que seguramente estaría en el baño dándose una ducha. La guitarra yacía en la cama, y no pude resistirme a la tentación de cogerla.

De pequeña con doce años daba clases de guitarra. Aunque hubiese pasado mucho tiempo, me acordaba perfectamente de una canción. La última que toque antes de quitarme.

Me senté en el suelo y con un poco de dificultad toqué ‘’Sense tu’’. Al poco le cogí el truco, tocándola con energía y los ojos cerrado. Centrándome solo en la música, saliendo del mundo.

Sin darme cuenta, la canté. Es una canción que siempre me ha traído recuerdos, ya que solo escuchaba esta, en una temporada algo extraña que pasé.

Llegando al final de la letra, una voz, dulce y cálida me interrumpió.

-          Es de nit…

Abrí los ojos poco a poco. Le miré y sonreí. La sonrisa me salió sola, como si fuera normal.
El también sonreía. Se acercó y se sentó a mi lado. No apartaba su vista de la mía.

-          No sabía que supieses tocar la guitarra
-          Solo un poco, tampoco tanto

El silencio era un poco incomodo. Miré al suelo, disimulando para no tener que mirarle a los ojos.

-          ¿Y bien? ¿Qué quieres? Tengo prisa.
-          ¿Marchas?
-          Si, he quedado con unos amigos
-          Raro en ti no salir durante todo el día…

Reímos un poco. Una risa nerviosa para calmar los nervios. Me fijé en su vestimenta, el tenía razón. Vestía con ropa de salir a la calle e iba muy bien peinado.

-          ¿No me tenías que decir algo? No creo que estés en mi habitación por gusto.
-          Ya, ya… si, quería hablar contigo – carraspeé un poco y levanté la vista – Mira… lo diré sin rodeos. Es mi apartamento, y no pienso encerrarme en mi habitación como hacía antiguamente para no tener que ver a nadie. Paso de tus tonterías ¿vale? Y tenía mucha razón cuando dije ‘’¿Qué eres en mi vida?’’ porque solo eres uno más, un tío del montón. Así que tu a mi no me vuelves a mandar, chaval. Y paso de tener que estar todo el día con la sonrisita en la cara asintiendo en todo lo que dices. Se acabó todo, vuelvo a ser la chica dura de antes que te mandaba a la mierda con tan solo una mirada.

Resoplé. Me sentía libre en ese momento. Había descargada toda la mierda que sentía en esos momentos.
Mikel en cambio parecía muy enfadado, pero también flipaba. En sus ojos se veía el contraataque, esto no había acabado, aun no.

Hice ademán de levantarme en un pequeño acto de cobardía, pero el me agarró con fuerza del brazo y me volvió a sentar en el suelo. Está enfadado, oh si.

-          Bonita de cara, para tu información, este apartamento también es mío, así que déjate de tantas tonterías. ¿Acaso he dicho qué te encierres en tu habitación? Que hagas lo que te plazca, que me lo paso por los cojones. Me río en tu cara, bien que estabas feliz cuando nos besamos en la fiesta, así que si soy ‘’algo en tu vida’’. Pues no me chupes el culo, así de fácil, si no te gusta como soy me lo dices, estúpida. ¿Quieres ser la amargada de antes? Muy bien, haz lo que quieras.

Ambos nos dirigíamos miradas dolidas. Podría haberme levantado y dejar todo ahí, pero no. Sería huir. Esta vez debía dar la cara en todo.

-          Me estás calentando los ovarios, gilipollas. ¿Recuerdas cuando me echaste del apartamento por follar con una tía? Pues eso, no pienso hacerte caso nunca más. ¿Feliz? Más bien ni te besé, tu te lanzaste a mi y yo no pude hacer nada, hasta no quería darte el beso, que asco. Tranquilo, no me gusta tu culo. Sería una amargada pero por lo menos nadie me tomaba el pelo.
-          ¿Tanto te gusto, que te caliento? Hombre, si quiero mi intimidad y tu vas a estar dando por culo como siempre… pues paso ¿sabes? Ya, ya, pues disfrutaste mucho, no parabas de sonreír cuando parábamos un poco. Asco dice… aun tienes ganas de otro beso. Claro, también eras anoréxica.

Empecé a perder el control, tanto de mis palabras, gestos, y voz.

-          ¡MIRA, NO SEAS TAN CHULO EH, PORQUE VAMOS! ¡¿DANDO POR CULO?! ¡HAGO LO QUE ME DA LA GANA, ASÍ QUE CUIDADO! ¡Y ESTÁS MUY PESADO CON ESO DE LOS BESOS, QUIZÁS ERES TU EL QUE TIENE GANAS DE BESARME A MI! PERO YA ESTOY CURADA, ESTE TEMA ES UN PUTO PASADO.

Cabreados, nos levantamos a la vez del suelo. Respirábamos agitados, con los puños cerrados y el ceño fruncido. Y miradas frías, llenas de odio.

-          ¡A mi no me levantes la voz!
-          ¡No me la levantes tu a mi!
-          ¡Gilipollas!
-          ¡Cabrón!

Nos callamos. Los dos cogimos aire. Y entonces pasó. Caímos uno encima del otro, y no exactamente ‘’pegándonos’’.

Al parecer, los dos teníamos ganas de probar de nuevo los labios. Yo de Mikel, y Mikel los míos.
Seguimos el beso, un beso furioso, enfadado, como si siguiéramos peleándonos como antes, pero en forma de amor.

Yacíamos tirados en el suelo, yo encima, por ser la última en caer.
No sabíamos lo que pasaba, más bien ni pensábamos, solo seguíamos lo que nuestro corazón nos dictaba. Suena cursi, pero es la verdad.

Mikel inmediatamente se quitó la camiseta, como hacía en la mayoría de estos casos. Por mi parte, yo seguía igual, aunque con un poco de calor.

El quería más, y se notaba por todos sus movimientos, que solo eran de tocar y sacar ropa.
Paré de seguir los besos, me entró mucho miedo. Se me pasó por la cabeza todo lo que el me hizo hace dos años, no podía caer de nuevo.

-          Déjame… - dije con un hilo de voz, quitándome de encima.
-          Pero… Alicia…

Salí de su habitación con un poco de ansiedad, necesitaba aire, coger la moto.

-          ¿Vas a huir? ¿No querías cambiar?
-          Necesito… aire…
-          Alicia, por favor, yo…
-          Calla, te lo suplico

Paró de seguirme. Parecía triste, arrepentido por lo que hizo. Pero todo estaba hecho, ya no había vuelta atrás y rectificar los errores.

En la calle, cogí la moto, que estaba aparcada en el mismo lugar de siempre. Hacía tiempo que no la montaba, al menos en mi opinión.

* * *

¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Cuánto había recorrido? No tenía ni idea.
Me estaba dejando llevar por la rabia y la impotencia, de manera que podría haber recorrido muchos kilómetros sin darme cuenta. Más bien, iba tan rápido, que adelantaba todo lo que se me ponía por delante.

Al menos, eso intentaba, porque algún que otro lo pasaba rozando, provocando varios insultos dirigidos a mi.
El móvil sonó, y como una inocente, lo cogí sin mirar siquiera quien era, ya que le prestaba más atención a la carretera.

- Alicia

Suspiré. Ahora le prestaba más atención a su voz. No podía creerme que hubiese llamado.

-          Mikel, estoy en la carretera, no puedo hablar
-          ¿Dónde vas?
-          No se, donde me de la gana, ya te he dicho que…
-          Eh, no quiero peleas – me cortó por la mitad de la frase – Solo… necesito hablar contigo, explicarte cosas.
-          ¿Pero ves normal hablarlo ahora? ¿Cuándo estoy conduciendo la moto?
-          Ya, tienes razón. Pero no habría otro momento, o al menos eso intentarías tu
-          Puede
-          No lo entiendo, ¿Por qué no quieres hablar de esto?
-          Pues por que teng…


Se escuchó un fuerte ruido a través del móvil de Mikel, y por último, todo se quedo comunicando. Sin contestación alguna.

----------------------------------------------------------------------------------

¡Holiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiis! Bueno solo decir que podré subir los capítulos con más rapidez porque las ideas me han vuelto a la cabeza e.e
Y si, me ha vuelto gracias al asqueroso instituto, que me da inspiración lol.
Espero que os guste, y perdón por haceros esperar <3.
Dudas y opiniones aquí, pls: http://ask.fm/Alicialaloca 

1 comentario:

  1. he flipado con este capitulo!! :D fue de los más intensos!! me encantó
    Ali sigue así escritora genia y guapa!!

    ResponderEliminar